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En un escenario de constante transformación, las legaltech presentan una oportunidad para potenciar el trabajo de los profesionales del derecho societario. Para aprovechar al máximo su potencial es fundamental que los equipos y las organizaciones puedan incluir estas herramientas como parte de su estrategia digital.

Entre los múltiples cambios que conlleva la transformación digital para la industria jurídica está la adquisición de nuevas habilidades por parte de los profesionales. La necesidad de replantearse la relación abogado-cliente. También, preguntarse qué tipo de perfil profesional demandan los clientes y analizar qué modelo de negocio funciona mejor en el mercado actual.

Las herramientas digitales son las tecnologías en sí mismas. Sin embargo, para poder hacer tangibles sus efectos positivos (aumento de la productividad y la eficiencia, por ejemplo) es fundamental que se realicen cambios dentro de los equipos de trabajo y la organización.

Esta transformación incluye la adopción de la tecnología, la adaptación por parte de los profesionales y la búsqueda de un valor diferencial apoyado en la digitalización. Siempre con el objetivo final de ofrecer a los clientes un servicio de calidad.

Ventajas del legaltech

El principal valor de la tecnología legal es potenciar las habilidades de los profesionales a través de la automatización de las tareas más rutinarias y repetitivas. De esta forma, dan a los colaboradores la posibilidad de asumir roles estratégicos. A su vez, mejoran la productividad y la eficiencia en muchos procesos.

El uso de las legaltech puede enmarcarse dentro de la analítica jurídica (legal analytics, en inglés). Esto es, la aplicación de datos al negocio y la práctica del derecho. Esta práctica aprovecha las tecnologías -como el machine learning y la inteligencia artificial- para limpiar, estructurar y analizar los datos de los documentos jurídicos. 

Según una encuesta realizada por Lex Machina y LexisNexis Legal, el 69 % de los profesionales usan la analítica legal para demostrar su experiencia a los clientes.

“Las herramientas tecnológicas traen beneficios para las firmas, pero más aún para los clientes”, señala Victoria Pereira, directora en Pereira Marketing (Uruguay). En ese sentido, Pereira destaca el valor diferencial que trae la tecnología en un mercado altamente competitivo. “Nos ayudan a ofrecer costos más bajos y ser más eficientes al momento de brindarle información a los clientes”, agrega.

Revolución digital es más que legaltech

La revolución digital no puede darse solo con la aparición o adquisición de la tecnología por parte de un despacho o empresa. Sino que es esencial que los profesionales adquieran nuevas habilidades para poder manejarlas correctamente.

Ezequiel Braun Pellegrini, CEO y fundador de Brevity, sostiene que esta transformación implica una formación que “involucre la conciencia innovadora, el liderazgo transformacional, la visión estratégica y comercial, y la experiencia del cliente”.

Por último, es importante que las empresas y estudios jurídicos promuevan una cultura de experimentación y aprendizaje continuo. Estas son clave para que los profesionales puedan mantenerse actualizados en relación a las habilidades y prácticas que requiere el mercado.

“La cultura de la innovación es fundamental al momento de querer digitalizar una empresa o firma”, asegura Pereira. “Si eso no se comunica, tú puedes comprar el mejor software, pero no resultará”.

Liberas a tu equipo de tareas rutinarias. Quiero optimizar mis tiempos.

5 tendencias de legaltech que deberías conocer en 2022

1) Inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA) es un sistema que recaba datos y que, en base a ellos, toma decisiones replicando la inteligencia humana. Para eso, los sistemas de IA se ‘alimentan’ de datos, los procesan y aprenden mediante técnicas de aprendizaje automático (machine learning) y aprendizaje profundo (deep learning).

La IA se puede usar para automatizar tareas operativas, optimizando el tiempo de trabajo de los profesionales del derecho. Entre estas tareas están la búsqueda de documentos, la investigación jurídica y la generación de documentos, como contratos o litigios.

A su vez, al tener un alto nivel de precisión, esta tecnología genera un impacto positivo en la calidad del servicio a los clientes. Y liberan a los equipos legales de las tareas más rutinarias para que puedan asumir, como se mencionó antes, un rol más estratégico y creativo.

2) Software en la nube

La ‘nube’ engloba muchos conceptos y tipos de software. Sin embargo, en términos prácticos y para los profesionales del derecho, es importante entenderla como el software o los servicios a los que uno puede acceder y usar a través de Internet, mediante un navegador o aplicación.

Uno de los más utilizados en el mundo de las legaltech es el SaaS (o Software as a Service), donde el software en sí no está instalado en el ordenador. A su vez, los datos se procesan y almacenan en servidores remotos en lugar de en ordenadores y discos duros locales.

Según la American Bar Association, el 58 % de los estudios de abogados almacenan datos de forma segura en la nube. Es decir, que los SaaS, o softwares en la nube, son una tendencia que va en aumento en el ámbito legal. Esto se debe a las principales cualidades que ofrece este tipo de almacenamiento. Entre ellas, la seguridad, la portabilidad y la eficiencia.

En los servicios alojados en la nube, es una empresa de tecnología la que se encarga de proteger los datos. Eso los hace seguros y confiables tanto para los profesionales, como para sus clientes. A su vez, al tener los documentos almacenados en la nube, cualquiera puede acceder a la versión actualizada de los mismos desde cualquier lugar y dispositivo, en todo momento.

3) Blockchain

En el último tiempo, la blockchain ha estado en boca de todos. Las blockchain son redes descentralizadas en las que los usuarios pueden enviar transacciones y crear aplicaciones sin necesidad de una autoridad o servidor central para generar confianza.

Una serie de innovaciones subyacen a la naturaleza de las redes blockchain. Entre ellas, la descentralización, la transparencia y la neutralidad. Estas, a su vez, ofrecen el valor agregado de que las transacciones sean constantes, rápidas, seguras y accesibles.

En pocas palabras, una blockchain (o ‘cadena de bloques’) está compuesta por una cantidad de datos -transacciones o códigos- que se agrupan en bloques, se verifican y son aceptados como parte de la cadena por una red de usuarios, distribuidos mediante un mecanismo de consenso.

La naturaleza descentralizada de las redes de blockchain hace posible la aparición de nuevas industrias. Entre ellas, la de las criptomonedas (Bitcoin y Ethereum, entre otras) y las finanzas descentralizadas (DeFi).

Blockchain en el ámbito jurídico

Hoy se está empezando a utilizar la blockchain en otras industrias, tal como es el ámbito jurídico, particularmente con los contratos inteligentes (smart contracts).

Además, según asegura Alejandro Sánchez, abogado y consejero de innovación y legal tech en Wolters Kluwer (España), el pago con bitcoin ya es una realidad en algunos despachos y empresas españolas. “Es una innovación que despegará en un futuro cercano”, destaca.

Los smart contracts o contratos inteligentes son códigos que se ejecutan automáticamente y llevan a cabo un conjunto de instrucciones, que luego se verifican en la blockchain.

“A diferencia de cuando se trabaja con una aplicación tradicional, los contratos inteligentes pueden programar un flujo de tareas preestablecido entre las partes interesadas, apoyado en todas las garantías de confianza y transparencia que otorga esta tecnología”, explica el fundador de Brevity en un artículo publicado en Ámbito.

A su vez, ayudan a hacer las transacciones más veloces y eficaces, ya que todo el proceso puede ser controlado por el programa particular definido por las empresas o despachos.

En los Estados Unidos, algunos estados ya permiten el uso de contratos inteligentes y blockchain en el sector legal en contextos particulares. Por ejemplo, en California se permite que las licencias de matrimonio se emitan a través de la tecnología blockchain.

4) Trámites virtuales

La posibilidad de automatizar y digitalizar ciertos trámites permitirá a los profesionales liberar horas de trabajo dedicadas a tareas operativas, para destinarlas a las que requieren habilidades de índole creativo y social. 

“Los trámites virtuales se van a profundizar y masificar”, sostiene Pellegrini. “Un claro ejemplo son las firmas digitales y las certificaciones de firmas a distancia”, agrega en un artículo publicado en Infobae.

Entre las principales ventajas de las firmas digitales o electrónicas están la movilidad, el aumento de productividad, la reducción en el uso del papel, la seguridad, y la reducción de costos, entre otras.

5) Tecnologías Low-Code y No-Code

Una última tendencia que está en auge actualmente son las tecnologías Low-Code y No-Code. Según Pellegrini, “los abogados están comenzando a adoptar” este tipo de tecnologías “para desarrollar sus propios documentos programables, sin requerir un código ni programación tradicional”.

A diferencia de las tecnologías tradicionales, las herramientas y técnicas No-Code permiten a las personas crear aplicaciones, plataformas y otros tipos de software sin tener que aprender a codificar.

A su vez, una herramienta o plataforma Low-Code es un software diseñado para ayudar a los programadores y codificadores a ahorrar tiempo. A diferencia del No-Code, este tipo de código requiere un nivel básico de conocimientos de codificación.

Recomendaciones para el camino hacia la digitalización

En este contexto, es fundamental que se den cambios en la cultura organizacional, buscando que el valor diferencial de las empresas o despachos pueda apoyarse en la digitalización.

Esta transformación debe darse en todos los niveles organizacionales. También incluye a todos los stakeholders (trabajadores, equipos, tecnología y clientes). Estos cambios incluyen:

  • Promover la conformación de equipos multidisciplinarios de trabajo.

Aunque la incorporación de nuevas habilidades por parte de los profesionales es fundamental, no es suficiente.

“El trabajo colaborativo es esencial”, asegura Lidia Zommer, socia directora de Mirada 360 (España), “Las exigencias de los clientes están muy por encima de lo que puede dar un abogado individual, y no tiene sentido exigirle a un abogado que cumpla con todas, sino que se integre a un equipo con diversos conocimientos”.

  • Replantearse el modelo de negocio.

Incluye buscar la forma de que la compañía o despacho genere valor, apoyándose en la digitalización de la organización. Un ejemplo es definir cómo las tecnologías pueden ayudar en la toma de decisiones estratégicas.

  • Reformular la relación con los clientes.

Los profesionales del derecho pasaron de ser intermediarios entre el conocimiento jurídico y los clientes, a ser colaboradores de confianza y socios estratégicos.

En ese sentido, es importante que los abogados puedan tomar conciencia de este nuevo rol y asumirlo como tal, adaptándose a las nuevas demandas de los clientes (que pueden incluir, por ejemplo, consejos o recomendaciones sobre situaciones específicas).

Las legaltech, ¿son solo para abogados?

La revolución tecnológica está compuesta por un complejo entramado, donde cada una de las tecnologías -aún habiendo sido creadas para una industria u objetivo específico- tiene tantas funciones como usuarios de la misma.

Por eso, si bien las legaltech pueden haber sido pensadas para abogados, es importante que otros profesionales (como contadores, escribanos, o incluso asesores de empresas) cuenten con herramientas de gestión jurídica para una buena administración organizacional.

 

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