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En Latinoamérica, el derecho societario está en evolución, pero todavía tiene un gran camino por recorrer, según diagnosticaron los expertos consultados. Las tendencias del derecho societario en Sudamérica para 2022 presenta un panorama que no se aleja demasiado de la situación en el resto del mundo, aunque con sus particularidades. 

Mientras la principal tendencia es la simplificación, abogados y profesionales coinciden en que el derecho societario en la región todavía enfrenta grandes desafíos para poder avanzar hacia un paradigma más eficiente y con menos carga burocrática. 

Características de la región

En la Argentina, la ley de sociedades data del año 1972 y cuenta con una reforma de 1983.  “A pesar de que es una ley que podríamos calificar como precursora, hoy hay ciertas figuran que no se encuentran cubiertas bajo esta ley. Están desfasadas”, analiza la magíster Florencia Pagani, directora del Programa de Derecho Societario Actual de la Universidad Austral. 

En la mayoría de los países que integran la región, a lo largo de los años, las sociedades se han ido multiplicando, pero no son sociedades genuinas, afirma Guillermo Cabanellas en un artículo publicado por el Centro de Estudios Societarios para el Desarrollo en Latinoamérica (CES Latam). Según el autor, pocas cumplen con los fines asociativos típicos: asociarse para llevar a cabo un emprendimiento en común. Son utilizadas como instrumentos para otros fines: impositivos, de organización patrimonial, etc.

Actualidad del derecho societario en la región: desafíos

Este no es el único desafío que enfrenta el derecho societario. Para crear las sociedades, además, existen todo tipo de limitaciones, trabas y barreras que, en algunos países europeos ya han desaparecido. 

Alejandro Ramírez, abogado de Highton & Ramírez y miembro del CES Latam, señala que al comparar el derecho de sociedades de esta región con el de economías más avanzadas o desarrolladas aún queda “mucho camino por delante”. 

“El hecho de tener que cumplir con un montón de trámites burocráticos para abrir una empresa hace que muchas veces se desmotiva la creación de muchas empresas y es culpable de la gran economía informal que hay en este país y en todo Latinoamérica en general”, relata el miembro del centro que busca proponer políticas para el desarrollo económico de América Latina.

En la misma línea, Florencia Pagani coincide y agrega sobre la ley argentina: “Se podrían hacer ajustes, implementar novedades relacionadas con darle más autonomía a las partes y darle más flexibilidad sobre todo para las nuevas empresas que se chocan con la realidad”.

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Particularidades del derecho societario en Argentina y en Chile

Ramírez destaca un ejemplo exitoso: la sanción de la ley de Sociedades por Acción Simplificada de Argentina en 2017. Posteriormente fueron reguladas en Uruguay, Chile, Colombia y de esta forma se fueron extendiendo a lo largo de la región. “Las SAS le devolvieron un gran dinamismo al derecho societario regional”, asegura Ramírez.

“Desde la entrada en vigencia de las sociedades anónimas simplificadas, en Chile (Sociedades por Acciones o SpA en 2007), países como Chile  lograron dar un gran salto en la simplificación de las estructuras societarias, lo que ha permitido que hoy más de 90 % de las sociedades que se constituyan sean de este tipo”, señala Rodrigo Novoa, socio del estudio dnpv Abogados.

Novoa, quien además es miembro del directorio del Kozolchyk National Law Center como representante de Chile, aporta una mirada optimista: “El estado del derecho societario hoy en la región es bastante avanzado, si lo medimos desde el punto de vista de dejar atrás antiguas restricciones dogmáticas”.

En ese sentido, Ignacio Valenzuela, socio de Vicuña Abogados   y profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile observa dos fenómenos relevantes para describir el estado del derecho societario en la región. 

En primer lugar, una creciente relevancia de las sociedades hacia la regulación por sus propios miembros lo cual permite prescindir un poco más de la ley y atender cuál es la intención que tienen los socios.

Luego, menciona los regímenes simplificados de constitución de sociedades y  destaca las llamadas “sociedades en un día”. En Chile, existen hace casi 10 años y permiten constituir rápidamente una sociedad en base a un formato preestablecido. “Es un gran avance para fomentar el emprendimiento”, apunta Valenzuela. 

Desafíos

A pesar de que las sociedades anónimas simplificadas permitieron una homogeneidad en las estructuras corporativas nunca antes lograda en empresas multilatinas que se expanden por toda la región, todavía queda camino por recorrer.

Novoa considera que uno de los objetivos «sigue siendo la posibilidad de que en vez de tener que constituir sociedades en cada uno de los países que se tiene operaciones, que pueda existir un sistema de reconocimiento, como lo son las Agencias de Sociedades extranjeras, pero que sean más simples”.

Valenzuela, por su parte, enumera tres desafíos pendientes: la necesidad de construir jurisprudencia para desarrollar el derecho societario, mejorar los estándares de gobierno corporativo sobre todo con el trato hacia los minoritarios y aumentar los directores independientes en las sociedades abiertas.

La mayoría de los diagnósticos entonces apuntan a que el principal desafío es mejorar el marco legal de los acuerdos de accionistas para poder acercarse hacia las tendencias. A pesar de que ha habido experiencias muy positivas Ramírez considera que aún no se ha logrado un gran avance comparado con el resto del mundo y las economías más avanzadas.

Tendencias y proyecciones del derecho societario

Pese al atraso identificado por los actores del mundo societario en la región, el derecho societario ha sido una rama del derecho especialmente permeable a las nuevas tecnologías. Todos los abogados consultados coinciden en que la principal tendencia es hacia la simplificación

“Una tendencia hacia un estado menos interventor en la regulación de los contratos entre privados dándole mayor autonomía a los emprendedores para que puedan formar sus negocios de la manera que ellos crean más conveniente”, explica Ramírez quien ha participado como representante argentino en la UNCITRAL, la comisión de la ONU para la simplificación del derecho societario en el continente americano.

El experto identifica un avance hacia la digitalización y el predominio de la autonomía o la voluntad contractual como otras tendencias. Señala que, a pesar de no ser suficiente, este avance resulta una pata necesaria para darle dinamismo a la economía. “Hoy en día nos estamos replanteando para qué sirve y cómo entendemos el derecho de sociedades y cuál es el rol que tienen que cumplir en la economía”, explica.

“En nuestra región la tendencia es esta, seguridad avanzando en la “estandarización» tanto de las formas societarias como en los procesos de constitución de las empresas en los países de Latinoamérica, facilitando el comercio entre nuestras naciones y el intercambio de bienes, servicios y capitales de la forma más fluida posible. Esfuerzos como los desarrollados por las Naciones Unidas en el Grupo 1 de trabajo de UNCITRAL son una clara señal de esto”, cierra Novoa

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