¡Estamos contra la burocracia! (y actuamos en consecuencia…)

No estás solo. Lo que te pasa con esos trámites y tareas recurrentes, le pasa a muchos. Por ahora…

Si estás cansado de hacer trámites, y creés que una y otra vez necesitás la misma información y documentación, no estás solo.

En el reporte anual del Banco Mundial sobre la facilidad para hacer negocios, Argentina está en el puesto 119 sobre 190. Ningún país de América Latina está dentro de los primeros 50 países.

Tenemos más de 160 impuestos considerando los 3 niveles de gobierno, tardamos más de 300 horas al año para presentar impuestos, y según la actividad de una empresa pueden aplicárseles en simultáneo obligaciones de registro e información que exceden lo razonable.

Enormes esfuerzos se dedican para cumplir con trámites, presentaciones de impuestos, registros públicos y regímenes de información. Ello, sin contar con lo que exige el sector privado: darse de alta como proveedores, actualizar la carpeta de créditos para un banco o una SGR, todo suma para que dediquemos una desproporcionada cantidad de tiempo en actividades que no hacen a los negocios de tu empresa.

El principal problema a nivel gubernamental es la falta de interconectividad entre los distintos organismos de gobierno, lo cual nos obliga a presentar la misma información, con la misma documentación de soporte, a decenas de organismos públicos y/o entes privados, muchas veces en distintos momentos del año.

Esta constante necesidad de información y documentación genera una interacción ineficiente entre clientes y abogados, o entre distintas áreas de una empresa y el departamento de legales.

La superposición de plazos, vencimientos y presentaciones a organismos nacionales, provinciales y municipales son una receta perfecta para que tengamos que salir corriendo a renovar un directorio, presentar un aumento de capital o revocar un poder a un director que ya salió de la empresa.

En Brevity creemos que la tecnología es capaz de reducir sustancialmente el tiempo que se destina a la burocracia y que -tanto abogados como sus clientes- pueden –de una buena vez- enfocarse en todo aquello donde suman más valor.