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Los smart contracts, o contratos inteligentes, son un tipo de contrato en forma de códigos informáticos. Sus características particulares ofrecen varias ventajas para los profesionales del derecho.

Qué son y cómo funcionan los smart contracts

Los contratos inteligentes son programas que se apoyan en una cadena de bloques para lograr que todas las partes cumplan con lo pactado. Una vez que se cumplen ciertas condiciones es la tecnología la que traspasa valor de manera automática y sin intervención de las partes.

Para verificar que dichas condiciones se hayan cumplido, el algoritmo acude a una fuente, conocida como “oráculo”, que debe designarse al desarrollar el código del contrato y pueden ser programas informáticos, empresas o incluso personas.

Cabe destacar que en la tecnología blockchain los códigos se almacenan en una atmósfera que no es controlada por ninguna de las partes del contrato.

¿Qué es la tecnología Blockchain o de cadena de bloques?

Se trata de una especie de “libro contable” en el que se registra cada operación o transacción que se realiza en el ecosistema.

Debido a sus algoritmos de cifrado, la cadena de bloques no puede ser alterada por un hacker. Además, en caso de perder una copia, el resto de la red cuente con un respaldo.

El poder en dicha tecnología no tiene una autoridad central, sino que se distribuye entre todos los nodos de la red. La base de datos se copia en cada computadora participante y así el contenido puede ser leído por cualquiera.

Carlos Tur Faúndez, abogado especialista en Derecho de las Tecnologías de Información y Comunicación y autor de la monografía Smart Contracts: análisis jurídico, explica que un nodo es cualquier ordenador que se convierte en parte integrante de la red descentralizada de blockchain y pasa a conservar una copia exacta de los registros integrantes de la cadena.

La tecnología en cuestión no solo demuestra que el traspaso de valor en la era digital será sin intermediarios y entre iguales, también fue la base para la creación de los contratos inteligentes o smart contracts, que son programas que se apoyan en la cadena de bloques.

La tecnología blockchain revoluciona las relaciones económicas y los contratos inteligentes que, por su parte, suman reglas de negocio a las operaciones realizadas en el ecosistema.

¿Cuál es la diferencia entre un contrato tradicional y uno inteligente?

De acuerdo a Morell Ramos para Términos y Condiciones, la diferencia entre un contrato tradicional y uno inteligente es que el primero está redactado en lenguaje natural y el segundo en código informático.

El término de smart contracts o contratos inteligentes puede resultar confuso dado que algunos creen que no se trata precisamente de contratos, sino más bien de flujos de tareas programables que permiten el desarrollo de aplicaciones.

Agilizá la creación de documentos societarios y centralizá la información.Los smart contracts en el derecho argentino

En el derecho contractual argentino la regla general es la libertad de formas y la libertad de las partes para determinar el contenido del contrato siempre y cuando este no afecte normas imperativas.

La contratación a través de contratos inteligentes coincide con ese principio. Por eso, estos pueden ser considerados contratos válidos siempre que el código programado surja del consentimiento de las partes y respete los lineamientos que el Código Civil y Comercial de la Nación nos da en los artículos 957 y siguientes.

A diferencia de cuando se trabaja con una aplicación tradicional, con los contratos inteligentes es posible programar un flujo de tareas pre establecido entre las partes interesadas apoyado en todas las garantías de confianza y transparencia que otorga una red de blockchain.

Estos contratos permiten realizar tareas cada vez más complejas y se están convirtiendo en una herramienta clave de la nueva economía digital. Ganan cada vez más relevancia en el mundo a través de compañías financieras que, para agilizar al máximo las operaciones en las que participan varias partes, adoptan su uso.

Con respeto a su regulación, aunque en nuestro ordenamiento no existe una normativa específica, pueden aplicar las normas sobre contratos en general.

A su vez, también podrían ser aplicables las normas relacionadas a los contratos de adhesión, la legislación sobre defensa al consumidor, las relativas a la protección de datos personales, etc.

Para qué se usan los contratos inteligentes

Los contratos inteligentes son programas que se apoyan en la cadena de bloques y pueden utilizarse para diversos fines, por ejemplo, para fortalecer la registración laboral, la adjudicación de licitaciones o, incluso, para la gestión de contratos de suministro, de depósitos en garantía, de contratos de seguros, de derechos de propiedad intelectual.

Pueden ser útiles para atender circunstancias relativas al vínculo laboral empleado-empleador como lo es la administración de licencias o para la ejecución de testamentos.

Betania Allo, abogada y especialista en este tipo de herramientas, comentó a iProUP que, aunque este tipo de contratos suele aplicarse mayormente en el sector financiero para la automatización de pagos y recaudaciones, pueden adoptarse en cualquier industria.

Cuáles son las ventajas de los contratos inteligentes

Entre las virtudes de los smart contracts se encuentran su transparencia, inalterabilidad y eficiencia.

Son transparentes porque la información sobre la transacción puede ser trackeada hasta llegar a sus titulares y las partes pueden consultar el cumplimiento de sus cláusulas.

Son inalterables porque, debido a la existencia de varias copias distribuidas en diferentes nodos, el documento no puede ser modificado por las partes.

Logran ser más eficientes porque al utilizar firmas electrónicas y estar disponibles de manera online no hace falta dirigirse a un lugar común, sino también porque requiere menores costos de transacción y permite hacer efectivos procesos comerciales tradicionales.

Entre las ventajas más destacadas de los contratos inteligentes se encuentran:

  • aseguran el cumplimiento de las prestaciones en una transacción. Esto se puede traducir en una menor litigiosidad y descompresión de los medios tradicionales de solución de controversias.
  • Implican una menor ambigüedad a la hora de hacer cumplir la letra del contrato, dado que la ejecución no depende de las distintas interpretaciones de las partes involucradas.
  • Reducen la necesidad de acudir a intermediarios para su ejecución.
  • Son seguros y rápidos. Dado que su código se ejecuta en línea, utilizando una encriptación de alto nivel.

Futuro de este tipo de contratos

Los contratos inteligentes son programas que se apoyan en la cadena de bloques y es importante ir familiarizándose con estos dado que serán aplicados cada vez más por distintas empresas.

Resulta esencial trabajar en conjunto con los programadores para asegurar que el lenguaje informático refleje las prestaciones comprometidas por las partes y que el código encuadre lo acordado.

Las plataformas que permiten digitalizar el seguimiento de sociedades y los tipos de contratos que se consideran legales, entre otras tantas herramientas y datos, son centrales. El desafío es responder no solo a la necesidad que tienen los estudios jurídicos de optimizar el tiempo de trabajo.

Por eso, estas tecnologías o innovaciones llegaron para quedarse, dan vida a un nuevo mundo digital y adaptarse a ellas es indispensable.

 

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