Mientras el Bitcoin forma parte de la transformación del mundo de las finanzas, es importante analizar el fenómeno de las criptomonedas en el mundo del derecho.
El 21 de abril de 2021, el gobernador del estado de Wyoming, Mark Gordon, firmó la primera ley mundial que regula las “cripto sociedades”.
La norma, que entra en vigor el 1º de julio de 2021, establece un vínculo legal entre las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO, por sus siglas en inglés) y el gobierno estatal.
La ley permite que las DAO se registren como sociedades de responsabilidad limitada (o LLC) en ese estado.
Las criptomonedas en el mundo del derecho
La ley de Wyoming permite que las DAO -por naturaleza descentralizadas- distribuyan el control en sus diferentes miembros. De esta manera, constituyen una empresa que pueda funcionar plenamente sin un organigrama jerárquico.
En la Argentina, la Unidad de Información Financiera (UIF), el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) tienen normas que regulan las monedas virtuales. Aunque su regulación tuvo iniciativas en el Congreso de la Nación, no se avanzó todavía hacía otro tipo de legislación.
Las DAO son organizaciones dirigidas por reglas automáticas previamente establecidas a través contratos inteligentes. Todos los procesos que realizará una DAO fueron escritos por un código que interpreta el conjunto de normas según las cuales funcionará.
Para entender el funcionamiento de las DAO y el posible impacto de las criptomonedas en el derecho, resulta útil repasar cómo funciona blockchain y qué son los contratos inteligentes.
La revolución blockchain
El blockchain (cadena de bloques) podría ser definido como un gran libro contable digital ya que es, esencialmente, un registro de transacciones que se duplica y distribuye a través de toda una red.
Este registro asienta una serie de transacciones realizadas durante un período de tiempo y cada vez que se produce una nueva transacción en un registro de esa transacción al libro.
Cumplido ese tiempo, generalmente de unos 10 minutos, se asientan los registros y se crea un “bloque».
Cada bloque puede ser entendido análogamente como una nueva hoja de un libro contable que va sucediendo al anterior. Al tratarse de un registro descentralizado, estos asientos no pueden ser alterados, ni modificados, ni robados, ni desaparecidos. Por eso, la cadena de bloques permite generar registros de manera muy sólida.
Qué son los contratos inteligentes
El blockchain tiene una enorme importancia a la hora de generar registros inalterables, pero tiene limitaciones cuando se trata de aplicarle reglas que le den comportamiento, por ejemplo, qué decisiones tomar si el valor de un token alcanza un precio determinado.
En los últimos años, el desarrollo de otra red, denominada Ethereum, le permitió a blockchain tomar vuelo y agregar nuevas capas de información a los asientos registrados.
Una de las aplicaciones más populares que permiten realizarse en Ethereum son los contratos inteligentes (smart contracts). Se trata de una serie de programas o reglas que se ejecutan en blockchain cuando se cumplen condiciones predeterminadas.
Por lo general, los contratos inteligentes se utilizan para automatizar la ejecución de un acuerdo para que todos los participantes puedan estar seguros de inmediato del resultado, sin la participación de ningún intermediario o pérdida de tiempo. También pueden automatizar un flujo de trabajo, activando la siguiente acción cuando se cumplen las condiciones.
Los contratos inteligentes funcionan siguiendo sentencias de programación «si/cuando/entonces” que se escriben en código en una cadena de bloques. Una red de computadoras ejecuta las acciones cuando se cumplen y verifican condiciones predeterminadas.
En la práctica, estas acciones podrían incluir liberar fondos a las partes apropiadas, registrar un vehículo, enviar notificaciones o emitir un boleto de compra, entre otras. Luego, la blockchain se actualiza y completa la transacción. Eso significa que la transacción no se puede cambiar y solo las partes a las que se les ha otorgado permiso pueden ver los resultados.
Dentro de un contrato inteligente, puede haber tantas reglas como sea necesario para asegurar a los participantes de que la tarea se completará satisfactoriamente.
Para establecer los términos, los participantes deben determinar cómo se representan las transacciones y sus datos en la cadena de bloques, acordar las reglas que rigen esas transacciones, explorar todas las posibles excepciones y definir un marco para la resolución de disputas.
El camino hacia las «criptosociedades»
Las DAO son una especie de organizaciones societarias que funcionan a través de contratos inteligentes montados en blockchain.
Para que funcione una DAO, sus miembros tienen que definir el protocolo de cadena de bloques y un conjunto de reglas que se ejecutarán automáticamente.
Las reglas de las DAO están integradas en el código, que se activa en función del comportamiento del protocolo. Tanto las reglas del programa como las acciones posteriores se registran en la blockchain.
Una DAO ayuda a mantener una red segura y optimizada sin la necesidad de intermediación manual por parte de sus miembros.
Además, las reglas definidas por el protocolo o el contrato inteligente guían el comportamiento de los participantes y ejecutan un consenso automatizado. Como no se necesitan terceros, una DAO ayuda a acelerar la toma de decisiones y acciones de la red y reduce el costo de administración.
Las criptomonedas y el derecho societario
El caso de las DAO y su status de SRL en Wyoming abre las puertas a reflexiones respecto al impacto que este tipo de innovaciones puede tener para en distintos ámbitos del derecho, particularmente, en el derecho societario.
De acuerdo con un informe publicado por Tech London Advocates (TLA) Blockchain Legal and Regulatory Group en conjunto con la Law Society of England and Wales, los abogados convivirán en el futuro con los contratos inteligentes, los cripto activos y la blockchain.
En el reporte se señala que “COVID-19 ha incentivado a empresas de todo tipo y tamaño a adoptar nuevas tecnologías y esperamos ver un aumento adicional en las tasas de adopción de legaltech en toda la profesión”.
Por eso, a medida que la tecnología avanza, se incrementa la necesidad de que los abogados evolucionen con ella.
El estudio señala que “es probable que en el corto a mediano plazo veamos aumentos en los programadores trabajando con equipos legales para desarrollar y verificar el código, particularmente a medida que se desarrollen los primeros tramos de los contratos inteligentes”.
Abogados y programadores, de la mano
Por su naturaleza, un contrato inteligente está compuesto por dos partes. La primera consta de las reglas para crear derechos y obligaciones. La segunda es el código programación que se construye a lo largo del tiempo producido por la ejecución del contrato inteligente en sí.
En ese sentido, habría que suponer que la primera parte le correspondería a un abogado mientras que la segunda parte caería en manos de un programador. Como en muchas profesiones, cada vez más es necesario que los equipos multidisciplinarios trabajen en células de manera sincronizada, y no en silos.
Programación y leyes
Poder integrar el trabajo de este tipo de equipos será crucial. Sobre todo en el caso de que un cliente quiera contratar un servicio que demande la funcionalidad de contrato inteligente.
Por eso, los abogados pueden evaluar incluir en sus equipos de trabajo desarrolladores y programadores, para poder producir o leer correctamente el código que se deberá ejecutar.
Los cambios e interrogantes que produce el desarrollo de las criptomonedas en el derecho también representan una oportunidad para los abogados. Esto es, de profundizar y participar del debate y promover servicios de calidad ente las alternativas que ofrece la economía digital.
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